Más de 200 personas convivieron al mismo tiempo que se deleitaron disfrutando de estos productos que la República Dominicana exporta al mundo
Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán
Entrar, recientemente, al Club Naval de la Ciudad de México, era involucrarse en una mezcla de olores entre chocolate, puro y ron.
Y es que esa mezcla de esencias, se ha convertido en toda una tradición desde hace tres años, cada temporada de primavera en México, con el Salón de Cacao, Tabaco y Ron Dominicano, que organiza la Embajada de la República Dominicana en nuestro país.
Exponentes dominicanos de estos productos, vinieron desde República Dominicana para mostrar tanto la elaboración y ofrecer muestras de cada uno, además de aprovechar para su venta.
La razón por la cual el país dominicano hace un magno evento especial para honrar estos productos, es porque no son solo los que más produce la nación caribeña, sino también son los que más exporta a todo el mundo y por ende, los que más dinero dejan para el país, de ahí que se esté al pendiente de todo el proceso de venta de cada uno de ellos en las patrias donde se distribuyen, entre ellas, México.
Y tanta es la importancia de estos elementos, principalmente del cacao, que la República Dominicana cuenta con una Comisión Nacional de Cacao, cuyo secretario ejecutivo, Juan Cuello, participó con un breve discurso en este evento, dejando ver que en el país caribeño existen más de 150 mil hectáreas dedicadas al cultivo del chocolate.
Por su parte, Alejandro César Augusto González Pons, embajador de la República Dominicana en México, dejó claro que mientras México exporta al país dominicano más de 750 millones de dólares al año, la República Dominicana hace lo propio con la nación mexicana, pero solo con 76 millones de dólares anuales. “Somos pequeños, pero somos exitosos”, dijo.
Con ello, los 200 asistentes que acudieron al evento, experimentaron la gran combinación de relajarse y convivir “a la dominicana”: tomándose un delicioso ron, mientras se saborea un irresistible chocolate, al mismo tiempo que se fuma un buen tabaco.
