Aunque no fue una presentación como tal, Juan López-Dóriga, nuevo embajador de España en México, se dio a conocer en su primer evento social, con un emotivo discurso, en donde resaltó su emoción por trabajar en nuestro país
Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán
“A mi compañera, a mi mujer, Rosa, sobre la que cae una parte siempre importante en la organización del 12 de octubre.
“Llevamos 34 años juntos, cuando empezamos a salir copié un poco a la vieja usanza, unos versos de un poema sevillano del siglo de oro. Años después, en 1996, descubrimos una estatua de Gutierre de Cetina y el poema entero reproducido, mientras paseábamos por Puebla… Hace 22 años, pues, México ya nos llamaba.”
Con esas emotivas palabras, dirigidas a su esposa, Rosa González Asenjo, el nuevo embajador de España en México, Juan López-Dóriga Pérez, concluía su discurso de la fiesta nacional de su país, celebrada, recientemente, en su residencia.
Ante poco más de 500 invitados, el diplomático español no dejó de señalar su gusto por trabajar en México al inicio de su sermón: “Quiero decir, esta vez, que para un embajador de España en México esas palabras: placer, honor, satisfacción, se quedan cortas. Servir a mi país en México es para mí algo más, una culminación personal y profesional.
“Una culminación personal porque empecé a descubrir y soñar con México cuando era muy joven. Desde lejos, primero, a través de Juan Rulfo, de Carlos Fuentes y Octavio Paz. De Max Aub, Luis Buñuel y León Felipe. De Chabela Vargas, José Emilio Pacheco y Tomás Segovia.
“De cerca más tarde cuando mi profesión me trajo a Centroamérica, en una esquina en el mercado del este, de Santander, la tierra de mi padre, hay todavía un viejo cartel que anuncia una línea marítima a Veracruz. Siempre me ha producido unas ganas irresistibles de emprender la travesía, esa travesía que emprendieron tantos paisanos antes que yo…
“Pero es una culminación, también, porque México, es una de las embajadas más importantes a la que llego después de una larga carrera, consagrada, en su mayor parte a América Latina; América Latina, Iberoamérica, mi gran pasión.”
Así pues, la fiesta nacional de España en México, en la que se ofreció paella, tapas de jamón serrano y otros canapés, fue el evento ideal para que el embajador López-Dóriga inicie su trabajo en México, el país de sus sueños y donde, seguramente, trabajará con pasión.
