Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán
No, no fue la sorpresiva llegada de las afamadas vedettes Wanda Seux y la Princesa Yamal, ni el destacado cantante Diego Verdaguer que accedió a tomarse fotos con quien se lo solicitara, menos fueron los distintos artistas que amenizaron con tango, rock y trova el evento, y aunque pareciera imposible, tampoco lo fue lo buen anfitrión ni el carisma del embajador Ezequiel Sabor. Lo que robó cámara en la pasada fiesta nacional de Argentina fue… ¡una vaca!
“La fiesta la hacemos siempre con una vaca argentina pero en esta ocasión la vamos a disfrutar y mucho con una vaca mexicana”, dijo el embajador Sabor en su discurso, a lo que el subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Maximiliano Reyes Zúñiga, le secundó: “Pues primero, embajador, felicitar al pueblo y al gobierno argentino por esta conmemoración; segundo, felicitarlo a usted por esta gran convocatoria y por la vaca también…”
Y así, ese cuadrúpedo mamífero se volvió en el eje de las pláticas, comentarios y señalamientos de los más de 600 participantes que el pasado viernes 24 de mayo de 2019, acudieron a la residencia del embajador Sabor en la colonia Lomas de Chapultepec de la Ciudad de México.
“Salud por la vaca”, brindaron la mayoría de los cantantes que amenizaron la recepción. “Estoy muy orgullosa de mi Argentina, del México que me ha abierto las puertas y de la vaca también”, dijo la destacada exmodelo, Miss Argentina en 1964, experta en moda, filántropa y socialité argentina radicada en México, Viviana Corcuera, que recibió un reconocimiento “por su contribución a la difusión de la imagen y los valores de la República Argentina y su aporte al desarrollo y fortalecimiento de los vínculos entre los miembros de la comunidad argentina en el exterior”.
Desde un día antes, una vaca entera fue cortada y preparada al estilo argentino para compartir con los convidados a la fiesta diplomática. La carne del animal lucía enorme en uno de los extremos de la residencia sostenida en una cruz (como dicta la tradición del asado gaucho), junto con los carbones y demás improvisados hornos que sirvieron para cocinarla.
El olor prolongado hacía que la carne se antojara, por lo que se urgió al embajador Sabor para agarrar un hacha de cocina y realizar el primer corte, para así, empezar a servir a una demandante concurrencia que ya saboreaba el platillo y no contenía su ansiedad por comerla.
Empanadas de carne, jamón y queso, helados de bayona (dulce de leche tradicional de Argentina) y otros sabores, alfajores y vino de uva Malbec, complementaron el menú.
Y así, quedó abierta la petición del subsecretario Reyes Zúñiga para las embajadas en México de países Latinoamericanos: “vamos a implementar un concurso entre los embajadores de América Latina para ver quién llena más”; para lo cual la muestra que puso Argentina con su vaca y su numerosa concurrencia, será una prueba muy difícil de superar.
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