Embajadas

Fiesta nacional de Georgia: El festejo de los tres himnos

Zurab Eristavi, embajador de Georgia

Para festejar el centenario de la instauración de la República Democrática de Georgia, la embajada de ese país invita a los asistentes escuchar el que fuera su primer himno

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

Como dicta la tradición en nuestro país, cada vez que una embajada extranjera celebra la fiesta nacional de la nación que representa, se deben de escuchar respetuosamente los himnos nacionales de México y la patria celebrante.

Y aunque algunas embajadas de países de la Unión Europea celebran sus importantes fiestas con “El himno a la alegría”, considerado el himno europeo, recientemente se vivió algo inusitado:

La Embajada de Georgia en México celebraba el centenario de la primera República Democrática de ese país, y tras entonar los himnos de México y Georgia, y escuchar el discurso del embajador georgiano, Zurab Eristavi, y del director para Europa de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Francisco del Río, los más de 200 asistentes ocuparon su lugar, esperando la señal para pasar a servirse el bufé, sin embargo, una indicación interrumpió momentáneamente los deseos de disfrutar tan suculentos platillos.

Gloria Chavira, asistente del embajador Eristavi y quien fungió como maestra de ceremonias, solicitaba, nuevamente, ponerse de pie para escuchar el que fuera el primer himno de Georgia, y que muchos, incluidos los georgianos, desconocían su historia y existencia, por lo que de alguna manera, México tuvo esa primicia para tan importante ocasión.

“Alabad al maravilloso que concede las bendiciones,
Alabad al paraíso terrenal.
A los radiantes georgianos,
Elogiad la hermandad y la unidad,
Elogiad la libertad,
¡Elogiad al animado y
eterno pueblo georgiano!
Elogiad a nuestra Patria,
Elogiad a la grande y brillante finalidad de nuestras vidas,
Saludad la alegría y el amor,
Saludad la utilidad y la felicidad,
¡Saludemos a la verdad, que ilumina el amanecer!”

Así dicta la traducción en español de tan importante canto georgiano, y por si fuera poco, al término del mismo, el embajador Eristavi compartió anécdotas familiares relacionadas con este himno.

Ahora sí, aunque no hubo indicación como tal, pero con las ansias por disfrutar la comida, al término de la participación del embajador, los invitados “corrieron” a disfrutar los platillos que engalanaron el bufé… Definitivamente, ya no daba paso para otro himno, aunque sí para una última sorpresa: el personal de la Embajada de Georgia partió el pastel conmemorativo por el festejo, dejando en claro la estrofa de aquel primer himno:

“A los radiantes georgianos,
Elogiad la hermandad y la unidad,
Elogiad la libertad,
¡Elogiad al animado y
eterno pueblo georgiano!”

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