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Locura por el peso

Investigaciones recientes realizadas en la Clínica Mayo señalan que la pérdida de peso en las mujeres podría ser un indicador de demencia futura.

Una de las mayores preocupaciones de muchas mujeres contemporáneas es el control de su peso, pues los arquetipos de la estética actual dictan que una figura esbelta está asociada con el significado vigente de belleza. Sin embargo, una pérdida de peso repentina, que sería el sueño de muchas mujeres, podría augurarle una de sus peores pesadillas.

David Knopman, investigador de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, condujo un estudio que involucró a más de mil mujeres, quienes transcurrido un promedio de 10 años desde que experimentaron una sensible disminución de peso, desarrollaron una demencia que comenzó por la pérdida de memoria.

El equipo de científicos que realizó el estudio, encabezado por Knopman, no cree que por el momento sus hallazgos ayudarán a los médicos a la detección temprana de este problema mental, pero afirman que podría arrojar luz en términos de cómo es que los mecanismos de la demencia afectan al cerebro.

Los resultados de la investigación, que fueron dados a conocer recientemente en la Conferencia Alzheimer, celebrada en España, indican que en una muestra de mil personas los estudiosos identificaron 560 pacientes que fueron diagnosticados con demencia entre 1990 y 1994.

Posteriormente, ubicaron un grupo de personas sanas de edad similar. Al revisar y comparar los datos referentes a la evolución de peso de ambos grupos en las últimas tres décadas, los científicos encontraron que las mujeres que desarrollaron demencia tenían el mismo peso que aquellas que no presentaron el problema mental. Fue una década antes de que se manifestaran los primeros síntomas de este mal, cuando sufrieron la pérdida de algunos kilogramos de masa corporal.

Incluso, el peso de dichas mujeres se redujo también cuando comenzaron a perder la memoria. En ese sentido, Knopman señaló: “Creemos que esta enfermedad cerebral comienza a interferir de algún modo con el mantenimiento del peso corporal mucho antes de que las capacidades de memoria y habilidades de pensamiento se vean afectadas.”

¿Por qué se pierde el peso?

El especialista comentó que podrían existir varias explicaciones posibles. Una de ellas es que uno de los efectos iniciales del proceso que ocasiona la demencia sea la pérdida de interés en los alimentos o de apetito, cuando no ambos.

De manera alternativa, las mujeres con demencia inminente podrían desarrollar una fuerte disminución perceptiva en sus sentidos del gusto y el olfato, aunque otra posibilidad es que experimenten una sensación de saciedad muy temprana que ocasiona la pérdida de peso por reducción del consumo de alimentos.

Asimismo, Knopman señaló que la pérdida de peso podría estar asociada con cambios hormonales menopáusicos, pues esta tendencia no se encontró en un grupo de hombres que fueron estudiados para el efecto. Sin embargo, un estudio realizado a principios de 2005, cuyos resultados se dieron a conocer en la revista estadounidense Archives of Neurology, encontró hombres diagnosticados con demencia que acusaron pérdida de peso seis años antes de ser diagnosticados con el problema.

Robert Stewart, del Instituto de Psiquiatría de Londres, y autor del estudio efectuado en hombres, aseveró que “una consideración importante que se desprende de la investigación en esta área es la de saber cuándo una pérdida de peso debe tomarse como una alerta preventiva de demencia o puede ser minimizada”.

En ese sentido, estudios previos realizados al respecto sugieren que ciertas dietas pueden prevenir la pérdida de peso en pacientes con Alzheimer y podrían retrasar el declive cognitivo así como la mortandad.

Por su parte, Rebecca Wood, gerente ejecutiva de Alzheimer’s Research Trust, en Estados Unidos, instó a los investigadores a acelerar el paso en los estudios pues, comentó, “estos hallazgos necesitan llevarse más allá de manera urgente, ya que pueden revelar el proceso mediante el cual se desarrolla la demencia y, por tanto, proveer rutas para nuevos tratamientos que tanto se necesitan”.

Por último, agregó que “la diferencia entre mujeres y hombres sugerida por esta última investigación indica que la demencia podría estar ligada con cambios hormonales posmenopáusicos. Resulta interesante saber que los bajos niveles de estrógeno en las mujeres podrían incrementar el riesgo de padecer demencia”.

Fuente: El Universal

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