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Salud y tecnología

Cámara que evita la cirugía mamaria

Una cámara especial inventada por astrónomos del Reino Unido podría evitar las operaciones quirúrgicas para saber si el cáncer de mama de una paciente se ha extendido a otras partes del cuerpo.

Matthew Dallimore, del departamento de física y astronomía de la universidad inglesa de Southampton, inventó una cámara de rayos gamma para estudiar el cielo por la noche, pero se dio cuenta de que con pocas modificaciones, se podría utilizar para que un cirujano viera exactamente dónde está situado el primer ganglio más próximo a un tumor maligno de pecho.

Dallimore explicó que la eliminación de ese ganglio requiere de una operación mucho más sencilla que el procedimiento que se utiliza en la actualidad, ya que una vez extraído el ganglio, se procede a realizar una biopsia para saber si contiene células cancerosas. La investigación médica ha demostrado que en 95.5 por ciento de los casos, si el ganglio no está infectado, el resto del sistema linfático está sano.

Hasta ahora los médicos tenían que extirpar los ganglios de un lado del cuerpo y someterlos a una biopsia para detectar en qué fase se encontraba la enfermedad. El procedimiento es doloroso e invasivo y más del 70 por ciento de las pacientes sufren complicaciones durante el periodo postoperatorio. La nueva cámara sustituirá la cirugía por un procedimiento mucho menos invasivo y doloroso.

Matthew Dallimore recibió una contribución del Particle Physics and Astronomy Research Council (PPARC) para convertir su cámara astronómica en un instrumento médico y mencionó: «hemos demostrado que esta cámara funciona como detector médico a pequeña escala. La financiación de PPARC me permite construir un prototipo de tamaño natural y buscar un socio industrial para fabricar y comercializar una cámara de rayos gamma. Si todo sale bien, podremos utilizar la cámara para ayudar a curar otros tipos de cáncer».

Edificios de «energía cero»

Una de las últimas novedades en lo que a construcción y diseño se refiere es un tubo luminoso no eléctrico, diseñado especialmente para el interior de edificios. Es un tubo de aluminio muy pulido que refleja la luz solar desde el techo del edificio.

Además de ahorrar dinero, sus ocupantes disponen de una luz natural que reduce los
reflejos, los dolores de cabeza y el «síndrome del edificio enfermo». Este novedoso artefacto fue desarrollado por la School of the Built Environment de la universidad inglesa de Nottingham.

Los profesores y alumnos de esta escuela tienen fama internacional por sus investigaciones sobre el uso de energías renovables en los edificios.

El gobierno británico se ha comprometido a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 20 por ciento antes de 2010 y con ese fin busca que 12 por ciento de la energía consumida para ese entonces en el Reino Unido proceda de recursos limpios.

Para ello se han diseñado este tipo de artefactos entre los cuales destaca también la nueva Eco-House, de la misma escuela, la cual es un edificio donde se investigan técnicas de energía renovable y es un banco de pruebas para los productos desarrollados por la institución.

Anestesia total más eficaz

Por término medio, dos de cada mil pacientes sometidos a una operación bajo anestesia total se despiertan antes de que ésta termine. Aunque es muy poco probable que sientan daño físico, la experiencia puede ser muy desagradable.

En el hospital Manchester Royal Infirmary de Inglaterra se han hecho recientemente pruebas de un sistema de monitorización llamado Fathom con el que los médicos están informados en todo momento del nivel de conciencia del paciente y ello podría revolucionar el mundo de la anestesia. El aparato analiza continuamente los datos de respiración y electrocardiograma del paciente, ofreciendo al anestesista una visión inmediata del grado de anestesia y una alarma si se produjera algún cambio en el estado del paciente.

El inventor del Fathom, el doctor Chris Pomfrett, lleva cerca de nueve años perfeccionando y probando el aparato. Recientemente Manchester Innovation, empresa creada por la universidad de Manchester para comercializar sus inventos, firmó un contrato de patente con Amtec Medical para la fabricación de este dispositivo.

Nuevos materiales para la cirugía estética

Las personas que sufren graves deformaciones en la cara o en el cuerpo tras un accidente o enfermedad pueden operarse para reconstruir o reparar los daños.

Los implantes quirúrgicos de materiales sintéticos, como los polímeros o la silicona, pueden causar reacciones adversas y hasta ahora el colágeno natural, un material más apropiado, era reabsorbido por el cuerpo por lo que resultaba una solución provisional.

La fábrica de ingeniería de tejidos Tissue Science Laboratories (TSL) desarrolló una gama de innovadores productos a base de colágeno natural, resultado de 20 años de investigaciones. El objetivo de la investigación era descubrir nuevos materiales biológicos para implantes que fueran compatibles con los tejidos humanos y que se mantuvieran una vez implantados.

Uno de esos productos es el Permacol, el cual se ha utilizado en 200 operaciones, y es un material biológico que crea una especie de andamio para el crecimiento de los tejidos en la zona afectada. Las células de los tejidos y los vasos sanguíneos se van infiltrando por la estructura de Permacol de modo que el implante se va incorporando poco a poco a los tejidos sanos que quedan alrededor de la herida o quemadura, reforzándolos y recuperando su forma natural, de modo que la cicatriz es mínima.

El Permacol ha sido sometido a un exhaustivo programa de pruebas clínicas y se utiliza habitualmente por cirujanos de Europa en distintas operaciones de cirugía general, plástica, oral y maxilofacial, en urología, ginecología, otorrinolaringología y cirugía torácica.

Combaten a las proteínas anormales

Un grupo de investigadores médicos estudia con especial interés algunas enfermedades parecidas al cáncer. Se trata de males graves, como el Alzheimer o las artritis derivadas de anomalías renales.

Estos trastornos tienen su origen en un grupo de proteínas anormales que se llaman «proteínas amiloides», que se acumulan en los tejidos y órganos, cuya estructura se ha alterado debido a procesos metabólicos anómalos o a disfunciones genéticas.

En su forma amiloide, proteínas que serían normales se convierten en insolubles por los tejidos que las contienen y se agrupan formando placas perjudiciales para el cuerpo. El resultado son las enfermedades amiloideas.

Hasta el momento se sabe que la formación de proteínas amiloides y su acumulación en el cuerpo dan lugar a enfermedades graves, los síntomas dependen de las proteínas amiloides que los causan y dónde se depositan. Si es en el cerebro, se puede producir Alzheimer o Creutzfeldt-Jakob (encefalopatía espongiforme). Si la proteína es la microglobulina beta-2 entonces existe alguna enfermedad de los riñones.

Investigadores de la Universidad Leeds, encabezados por la profesora Sheena Radford, han iniciado una serie de estudios para descifrar la estructura molecular de estas proteínas anormales y así estar en posibilidades de diseñar tratamientos eficaces para este tipo de enfermedades.

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