“Dios, fiel y rico en misericordia, guía y pastor de todos nosotros, sostén con bondad a tu servidor el papa Francisco, que tú has elegido como pastor de tu iglesia”. Oración por el papa Francisco
Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo©
Aunque sin los fuertes y emotivos gritos, cantos, rezos y porras que miles de personas lanzaron en febrero de 2016 a las afueras de la Nunciatura Apostólica de México con motivo de la visita del papa Francisco, ahora, en 2018, se convirtieron en aplausos, risas, bendiciones y camaradería de tan solo 200 personas que, recientemente, se dieron cita en la residencia de la colonia Guadalupe Inn, para celebrar el quinto aniversario del papado del sumo pontífice.
Si bien era sabida la ausencia del nuncio apostólico Franco Coppola debido a que se recupera en el Vaticano de la intervención quirúrgica que le realizaron en su pierna y pie en febrero pasado a consecuencia de un accidente automovilístico, lo sorprendente fue la presencia de Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, quien fue el encargado de dirigir la santa misa, pidiendo por el papa y remarcando, al término de la eucaristía, la petición del sumo pontífice de valorar y comprender el papel de la mujer en la sociedad y en la iglesia.
Ya en la recepción celebrada en el jardín principal, monseñor Dagoberto Campos Salas, consejero de la Nunciatura Apostólica, realizó el discurso diplomático de bienvenida ante la presencia de integrantes del cuerpo diplomático acreditado en México, políticos, líderes religiosos e invitados especiales; así como el brindis de honor, todo en homenaje a su santidad Francisco, quien estuvo presente por medio de una fotografía.
Al finalizar, el arzobispo Aguiar, durante su salida, dedicó tiempo para conversar brevemente, pero sobre todo para dar y enviar bendiciones a quien se lo pedía.
Y mientras el nuncio Coppola, de quien se dijo regresará a México ya recuperado el próximo mes a continuar con su trabajo diplomático, surgieron las dudas y esperanzas de una próxima visita a nuestro país del santo padre, que aunque por el momento no se tiene contemplada, se sabe que, en caso de darse, sería recibido con toda la algarabía de siempre y la Nunciatura volvería a vestirse de manteles largos.
