Termina la legendaria historia del “Vocho” como taxi
El famoso VW sedán conocido como “vocho” o “escarabajo” (Käfer), por su nombre en alemán, se nacionalizó mexicano desde marzo de 1954. Desde entonces se fabricaron 1.7 millones de vochos, hasta que el 30 de julio de 2003 la planta de Volkswagen en Puebla decidió terminar su fabricación con una última edición de tres mil unidades con un costo de 84 mil pesos por auto debido a una fuerte caída de las ventas de este modelo.
Aun con la salida del último escarabajo de las líneas de montaje, Volkswagen aseguró que los proveedores siguieran fabricando los repuestos durante diez años más. Ahora después de transcurrida una década, los coleccionistas y poseedores de un vocho serán los únicos que podrán circular sus unidades en la ciudad. La historia resulta diferente para los vochos taxistas. Además de ser el auto de la familia mexicana, quizá uno de los autos con más simbolismo, también fungió durante más de tres décadas como taxi en el Distrito Federal ya que era un medio de transporte económico y rápido.
Poco a poco el escarabajo taxista ahora se despide. En 2006 la Secretaría de Transporte y Vialidad del Distrito Federal (Setravi) reportó la circulación de 57 mil 380 unidades. En 2013 son sólo tres mil 500 unidades las que tienen que dejar de circular. El paisaje de la ciudad de México ya no contará más con este miembro revestido de verde que por momentos inundaba las principales calles de la ciudad de México transportando a los citadinos y turistas.
Ya en su despedida con mariachis de la planta de Puebla se percibía la nostalgia de la fabricación de la última edición del sedán. Muchos mexicanos de todos los estratos sociales, incluso futuros presidentes, fueron los que aprendieron a manejar con un vocho, viajaron con sus familias y disfrutaron de un auto que resultaba económico, práctico y compacto. Tomar un taxi en la ciudad evocaba inmediatamente a un vocho. Los taxistas incluso se habían encargado de acondicionarlo para facilitar el ascenso y descenso del pasaje al quitar el asiento del copiloto. Varios de ellos lo habían personalizado a tal grado que podía diferenciarse de los demás e incluso se habían esmerado en decorar su interior. Incontables fueron los que pasaron varios años de su vida sentados en él brindando transporte, platicando con los pasajeros, escuchando historias, incluso dando consejo. Es por ello que los taxistas se encuentran agradecidos por su servicio, funcionamiento y por haberles permitido durante todo este tiempo obtener con ellos el sustento para sus familias.
Sin embargo, los tiempos cambian y traen nuevas tecnologías consigo. Conceptos como el cambio climático y las energías renovables tienen ahora un papel preponderante. Las medidas de seguridad que deben ahora cumplir los nuevos taxis son más rigurosas. Con el aumento de la población y la circulación de autos, un auto de transporte deberá cubrir otras características. Es así como los vochos verdes quedan lentamente en el pasado, pero no fuera de nuestra memoria, ni de la historia de esta gran ciudad, mucho menos lejos del agradecimiento de los mexicanos.
Y tú ¿sabes cuántas veces viajaste en un vocho verde? (Z. González, Sección de Prensa, Embajada de Alemania en México — 07/01/2013)
Revista Protocolo
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