Entrevista con el coronel Jesús García Silva, director de la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad
Por Luis Felipe Hernández Beltrán
Una explosión, una bomba, una bala alojada en el cuerpo, heridas ocasionadas en pleno combate por el enemigo a los integrantes del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos son atendidas inmediatamente por integrantes del propio Ejército, quienes cuentan con la licenciatura de salud pública y urgencias médicas, y para conseguir dicho título, debieron cursar cuatro años de estudios, prácticas en el aula y el campo, ya sea con robots simuladores o fingiendo combates en vivo en la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad.
Sanando heridas a través de los años
Con 76 años de existencia, este plantel es parte del Centro Militar de Ciencias de la Salud ubicado en las calles de Batalla de Celaya y General Idelfonso Vázquez, en la colonia Lomas de Sotelo de la Ciudad de México, y en sus aulas y laboratorios, se imparten materias como anatomía, computación, epidemiología, fisiología, salud pública, urgencias médicas, la enseñanza del idioma inglés, entre otras.
Un avanzado sistema tecnológico, que incluye robots-simuladores de tamaño natural, simuladores de combate, reproductores anatómicos de la vía aérea tanto de adultos como pediátricos, con el fin de enseñarle al cadete a hacerle frente a las tres principales causas de muerte por trauma, que son la obstrucción de la vía aérea, la hemorragia masiva y lesiones de tórax.
Licenciados en salud pública y urgencias médicas
El responsable y encargado de que los conocimientos se impartan bien y que a su vez los alumnos los lleven a cabo excelentemente, es su director, el coronel de Sanidad Jesús García Silva, quien desde niño, al ver a su tía estudiando en la Escuela Militar de Enfermeras, y a un hermano mayor en la propia Escuela Militar de Oficiales de Sanidad, decidió seguir sus pasos y trazar su propio camino en las filas del Ejército Mexicano.
En entrevista exclusiva para Protocolo, el coronel García comentó que el cambio más importante en la institución a su cargo es el que ocurrió en 2007, año en que el nivel académico se elevó a licenciatura, ya que antes los egresados salían con el título de enfermeros militares, ahora, al concluir los estudios, se convierten en licenciados en salud pública y urgencias médicas.
¡Estudio, valor, bienestar!
Dentro de la educación militar en México, la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad es una de las que tienen más demanda para ingresar; cada año, más de 500 interesados, hombres y mujeres, se apuntan en busca de un lugar, pero al final, solo logran entrar 55, esto, por medio de un proceso de selección, de acuerdo con los requisitos que pide la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Al finalizar la entrevista, el coronel García interrumpe una práctica en la que algunos estudiantes trabajan con los robots simuladores, y al grito sonoro de ¡“Escuela Militar de Oficiales de Sanidad”! es respondido a coro y en voz potente por los maestros y futuros estudiantes con las tres palabras que distinguen a la institución: “¡Estudio, valor, bienestar!”.
Revista Protocolo
