México

Promueven en niños y sus familias raíces mexicanas

Preescolares dedicaron un altar de muertos al “Gran Café de la Parroquia”, del 4 veces heroico puerto de Veracruz

Por Eunice María Castillo Espinosa de los Monteros de Vernis
Mail: sucedeque@yahoo.com

El mesero sirviendo el aromático café

Dentro de las actividades de los Centros de Desarrollo Infantil (Cendi) de Petróleos Mexicanos se tiene el Programa de Actividades Conmemorativas, Tradicionales, Culturales, de Promoción de la Salud y Orientación a Padres.

Estas actividades son apoyadas por Marco Antonio Murillo Soberanis, subdirector de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de Petróleos Mexicanos, así como por Alejandro Neyra Sosa, titular de la Unidad de Administración de Prestaciones, y de Clementina Edith Sastré López, coordinadora de los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) de todo el sistema petrolero.

Con la promoción de las tradiciones por medio de la “Celebración de fechas trascendentes”, contribuyen a la conservación de las costumbres que conforman la identidad cultural de México.

Por esta razón, en los Cendis de Pemex, desde Maternal hasta Preescolar III, se fomenta en los niños, sus padres y familiares la importancia de nuestras raíces mexicanas, y específicamente en el mes de noviembre se promueve la tradición del altar de muertos y no la fiesta del halloween.

Como parte de los festejos y como se hace anualmente, este año el altar de muertos temático fue dedicado al conocido Gran Café de la Parroquia ubicado en el cuatro veces heroico puerto de Veracruz.

A la usanza de los cafés restaurantes porteños europeos el Gran Café de la Parroquia fue fundado en 1808, por el ciudadano español don José Capdevila. El primer nombre del café según los datos fue Caballo Blanco, luego su segundo y último nombre cambió en 1823 y se debe a que en sus inicios el restaurante estaba ubicado frente a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. En 1926 fue adquirido por don José Fernández, inmigrante de Santander, España, y tío de los hermanos Fernando Fernández Lavid (fallecido en 2010) y Marcelino Fernández Lavid (fallecido en 2005). Con el paso del tiempo ambos hermanos fueron los propietarios y dividieron el consorcio en dos grandes cafeterías: el Café de la Parroquia y la Parroquia de Don Marce, ambos establecimientos son lugares representativos del puerto y del estado de Veracruz, en donde no sólo se degustan los tradicionales cafés lecheros y canillas (pan dulce), también es el escaparate de políticos, empresarios y artistas nacionales e internacionales. Se cuenta incluso que Agustín Lara acudía constantemente al lugar y don Porfirio Díaz pasó a desayunar al lugar antes de abordar el buque de vapor alemán “Ipiranga” el 31 de mayo de 1911. Es tal la fama de esta cafetería que incluso ha sido visitada por todos los presidentes de México.

La cafetería de La Parroquia es visita obligada de quienes llegan como turistas al puerto y punto de reunión de los lugareños. Tiene un ambiente inigualable, el sabor de su café es irresistible y muy original la manera de pedirlo dando suaves golpecitos con la cuchara al vaso para que sirvan el café.

Por cierto, este año, la Lotería Nacional (Lotenal) realizó su Sorteo Gordito No. 159 celebrado en el mes de septiembre, dedicándolo al Gran Café de la Parroquia con motivo de los 204 años de su fundación, dicha cafetería es considerada la más antigua y de mayor tradición de México, fundada antes de que nuestro país se constituyera como una nación independiente.

He de compartir con nuestros lectores que en el año 2003, el Centro Cultural y Social Veracruzano, AC, con sede en la ciudad de México (ubicado en la Av. Miguel Ángel de Quevedo de Coyoacán), en la celebración de su undécimo aniversario, realizó la ceremonia especial de “Reconocimientos a Veracruzanos Distinguidos” (tal y como lo hace todos los años), en esa ceremonia tuve el gusto y el honor de entre otros compartir con don Fernando Fernández Lavid la ceremonia de premiados, en la que el Centro Veracruzano reconociera a don Fernando por su Trayectoria Gastronómica en los 195 años del Gran Café de la Parroquia, y a la suscrita por 27 años de Trayectoria en Asistencia Social auxiliando a numerosas personas de diversas comunidades veracruzanas y de la capital del país (actividad que a la fecha mi familia y yo continuamos realizando), siendo Miguel Alemán Velasco, en su calidad de gobernador del estado de Veracruz, quien nos entregara los galardones. Ésta fue una experiencia inolvidable que los 14 premiados en distintas disciplinas compartimos acompañados de nuestras familias.

En lo que respecta al altar temático dedicado al “Gran Café de la Parroquia”, éste fue elaborado con mucho ingenio y entusiasmo por el personal de Preescolares II del Cendi de Oficinas Centrales de Pemex en la ciudad de México, cuya dirección está a cargo de la profesora Sonia Luz Cruz Valdes y contó con la creatividad de la profesora Dinorah María Islas Arvizu, quien por cierto en papel kraff elaboró un mural que sirvió de marco a la temática dando toque especial al altar, y ahí con crayón negro dibujó: la playa, sobre la arena las conchas, estrellitas y caracolas, una pareja de jarochos, así como el emblemático faro de la Isla de Sacrificios, tres barcos surcando el mar y el cielo con nubes y gaviotas sobrevolando.

Dicho altar fue confeccionado con calaveras de papel caracterizadas con vestimenta del México antiguo, dichas calaveras conviven dentro del antiquísimo “Gran Café de la Parroquia”. Al fondo se apreciaba en la barra las características cafeteras hechas con cartón y papel metálico dorado, adornadas con águilas con las alas extendidas y un mesero sirviendo el café, en el extremo contrario una mesa dispuesta con velas, incienso, agua, sal, comida y flores naturales de cempasúchil. En el amplio salón varias mesitas de madera en las que en una había una familia conformada por una niña, su madre con sombrero de ala ancha y velo, y su padre con sombrero de copa, todos disfrutando de suculentos platillos: la riquísima “champola”, la “bomba”, la “micha”, el “platillo volador”, el “consomé parroquia” y el “sándwich de pavo”. En otra mesa un comensal con chistosos lentes, leyendo el periódico y al centro una pareja en la que el caballero lleva un ramo de flores a su amada, sin faltar otras calaveras sentadas disfrutando del paisaje, el piso tal cual a cuadros: negros y blancos elaborados con cartoncillo.

Se encuentran también un conjunto musical conformado por un marimbero, flanqueado por dos jarochas que lo acompañan con el requinto y un violín, además de un niño y una pareja bailando: la dama portando el vestido de jarocha, con el característico abanico, adornando la cabeza con cintas y flores, llevando además un rebozo carmesí; el caballero con pantalón y guayabera blanca y sombrero de palma de cuatro pedradas.

El altar fue ambientado con la música típica veracruzana: La Bamba, el Colás, La Bruja, el Siquisirí, el Tilingolingo, el Querreque; así como las canciones de Agustín Lara: “Veracruz”, “Azul”, “Farolito”, “Noche de ronda” y “Mujer”, entre muchas otras, y al fondo se escuchaba el sonido de las olas del mar y de los pájaros, como si estuviesen en el mismo puerto de Veracruz.

El detalle especial fue que una mañana al llegar a dejar a nuestros hijos el personal del Cendi gentilmente recibió a los padres de familia con aromático café y panecillos de muerto.

Amables lectores imaginarán que para quienes nacimos en el estado de Veracruz, ésta fue una grata sorpresa. El observar este cuadro fuera de nuestra tierra es una experiencia especial, por lo que para mi pequeña hija que asiste a esta escuela, mi esposo y su servidora fue inevitable conmovernos por el terruño.

El altar fue una verdadera obra de arte, vaya un reconocimiento a las diseñadoras que lograron captar un momento especial trasmitiéndolo en las actitudes de los muñecos de papel y las situaciones, lo que en conjunto lo hizo espectacular, logrando no sólo preservar las tradiciones, también infundiendo en cada uno de los niños, alumnos del Cendi y sus familias, el orgullo por lo nuestro. ¡Felicidades a las profesoras Sonia Luz Cruz Valdes y Dinorah María Islas Arvizu!

Revista Protocolo

La familia degustando riquísimos platillos El comensal leyendo el periódico El caballero llevándole flores a su amada
Al fondo el mural en papel kraff, enfrente
la pareja y su nene bailando el son jarocho y
detrás el conjunto musical
El marimbero La jarocha del requinto
El violín tocado magistralmente por esta jarocha El nene aprendiendo los ritmos veracruzanos La jarocha en el zapateado
El jarocho en alegre taconeo

Países que nos están viendo

ALIANZAS