Doctores, arquitectos, psicólogos, entre otros profesionistas, ofrecen servicios gratuitos a quien lo necesite. Otros, ponen las instalaciones de sus negocios como centros de acopio
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo Copyright©
A consecuencia del temblor del pasado martes, la mayoría de los mexicanos ha decidido apoyar llevando víveres para los damnificados o apuntándose como voluntarios para remover escombros.
Sin embargo, otros, haciendo uso de sus conocimientos y profesiones, han decidido ofrecer servicios gratuitos a quienes así lo necesiten.
Entre otros mensajes, en las principales redes sociales se han visto mensajes de arquitectos e ingenieros dispuestos a analizar los daños de las construcciones; lo mismo médicos con alguna especialidad, enfermeros y paramédicos, que están listos para recibir a quienes a consecuencia del sismo, estén padeciendo de algún daño físico; psicólogos han llegado hasta los lugares para dar asesorías y apoyo mental a quienes así lo requieran; y hasta fotógrafos y cineastas llegan con sus equipos de iluminación para alumbrar las zonas oscuras y durante la noche en las zonas dañadas.
La iniciativa privada no se ha quedado atrás. Servicios funerarios han puesto a disposición sus instalaciones para realizar funerales gratuitos. Compañías de autobuses foráneos brindan los viajes de ida y vuelta a quienes vayan con la disposición de ayudar y muestren sus credenciales como rescatistas o sus equipos de trabajo. Restaurantes ofrecen comida gratis a brigadistas y voluntarios.
Ni qué decir de empresas de comida y bebida, que ya han mandado importantes raciones a donde se necesitan, lo mismo de artículos sanitarios y médicos.
Muchos lugares, como estadios, plazas de toros, discotecas, escuelas, universidades y salones de fiestas, se han convertido en centros de acopio. Y bancos, al igual que instituciones y fundaciones de beneficencia, invitan a cooperar haciendo donativos económicos, a cambio de que ellos pondrán el doble o hasta el quíntuple de lo depositado en las distintas cuentas.
Una vez más, desde el más pobre hasta el más rico, el analfabeto y el que cuenta con doctorado, pequeñas, medianas y grandes empresas y hasta profesionistas independientes, pero la mayoría ha mostrado la disposición de ayudar.
