Salud

Francia innova en la lucha contra el sida

El país galo es el primer contribuidor en Europa y el segundo en el orbe al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y el Paludismo, con una aportación anual de 360 millones de euros

Por Sylvie Thomas

Francia innova en la lucha contra el sidaEn la lucha contra el VIH, se han hecho progresos indiscutibles, pero todavía faltan medios para erradicar la epidemia. Por su parte, Francia está desempeñando un papel clave en términos de investigación y financiación de programas de acceso a tratamiento y diagnóstico en países del sur y diversifica su compromiso con medidas originales.

Cada día, o casi, Francia aporta un nuevo lote de hallazgos en la lucha que enfrenta a los científicos con el virus del sida. El dispositivo francés contribuye en gran medida, en particular por conducto de su Agencia Nacional de Investigación sobre el Sida y las Hepatitis Víricas (ANRS, por sus siglas en francés), que coordina y financia la investigación en Francia y los países del sur, en el marco de un acuerdo de cooperación norte-sur. La propia ANRS promueve programas en el sur con el objetivo de demostrar a la población que las estrategias de sanidad pública son eficaces.

En materia de prevención, cuenta con un programa de investigación sobre vacunas muy innovador, el cual incluye ensayos con vacunas preventivas en voluntarios sanos. Dicho programa se está llevando a cabo actualmente por el Vaccine Research Institute. Además, la agencia francesa lleva algunos años inmersa en una investigación sobre el uso de antirretrovíricos como profilaxis previa a la exposición en población muy expuesta al riesgo de infección.

Junto a la asociación Aides, ha demostrado en Francia que profesionales que no son médicos pueden llevar a cabo eficazmente pruebas rápidas de diagnóstico para que evolucione la legislación. Por otro lado, uno de los estudios ha demostrado en los países del sur el beneficio que tiene la circuncisión masculina para reducir el riesgo de infección. Estos trabajos han sido confirmados por equipos estadounidenses y han conseguido que la Organización Mundial de la Salud redacte unas recomendaciones prácticas. La ANRS es la responsable, junto con los National Institutes of Health de Estados Unidos, del estudio clínico ANRS 1295 Camelia, cuyo objetivo es mejorar la atención de pacientes infectados al mismo tiempo de VIH y tuberculosis.

A petición del gobierno camerunés, la ANRS ha llevado a cabo una gran operación de evaluación del programa nacional de acceso a la atención sanitaria. Junto a investigadores sudafricanos, ha iniciado una evaluación del beneficio a gran escala del tratamiento rápido de personas infectadas.

Actualmente, patrocina 67 estudios clínicos en Francia y financia proyectos de diferentes organismos franceses, como el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM), el Instituto Pasteur, el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), hospitales o universidades. Estos esfuerzos han permitido que Francia sea uno de los tres primeros países productores de información científica sobre el VIH.

En la reciente conferencia mundial de Washington se ha confirmado que, aunque los tratamientos son cada vez más numerosos, variados y eficaces, todavía es indispensable la financiación complementaria para desplegarlos a gran escala. En este sentido, el anuncio del presidente francés, François Hollande, de asignar una parte de los impuestos sobre transacciones financieras a la lucha contra el sida ha sido celebrado unánimemente y debería motivar a otros estados a seguir por el mismo camino.

Francia, que se preocupa por reducir las desigualdades entre los países del norte y los del sur, es el primer contribuidor europeo y el segundo mundial al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y el Paludismo. Con una aportación anual de 360 millones de euros, ha implantado una modalidad innovadora de contribución al fondo: la Iniciativa 5%, sida, tuberculosis y paludismo, que dirige el Ministerio de Asuntos Exteriores y coordina el organismo France Expertise Internationale. Con esta iniciativa, el 5 por ciento de la contribución francesa al Fondo Mundial —casi 18 millones de euros al año— se reservará a las solicitudes de medios técnicos de alto nivel que requieran países francófonos para ayudarles a crear, llevar a cabo, seguir, evaluar y calcular el impacto de los programas del Fondo Mundial. Los principales beneficiarios de este dispositivo serán los países prioritarios de la ayuda francesa al desarrollo (Benín, Burkina Faso, Comoras, Ghana, Guinea-Conakry, Madagascar, Malí, Mauritania, Níger, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Senegal, Chad y Togo, así como Afganistán, Haití y los territorios palestinos).

Estas medidas se suman a otro tipo de financiación original, el impuesto sobre los billetes de avión, que se aplica en nueve países y financia más de dos tercios del presupuesto del mecanismo internacional de compra de medicamentos Unitaid, del que Francia es el primer contribuidor. Así nació el proyecto Estheraid, una cooperación entre Unitaid y el grupo francés de interés público ESTHER, destinado a mejorar el acceso a los antirretrovíricos en cinco países de África.

Los esfuerzos conjuntos de Francia y sus organismos, con gran implicación de universidades, de instituciones de investigación muy comprometidas históricamente, asociaciones como la famosa Sidaction, que fomenta programas de investigación y ayuda a enfermos; u otras como Aides o Solthis, ofrecen una imagen coherente de gran interacción entre el sector de la medicina, la investigación y las asociaciones.

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