Salud

Naturaleza para curar y saborear: Las conservas y sus beneficios

Estrella Labastida Pachmann

Soy chef de profesión y siempre ha sido mi deseo la innovación a partir del conocimiento y la investigación. Por eso me preocupo por la salud de cada persona que atiendo, pero también satisfaciendo su gusto por el buen comer.

La elaboración casera de productos, así como su conservación en envases de diferentes materiales, es una actividad ligada a la gastronomía que existe desde que el hombre tuvo la necesidad de mejorar su alimentación y de proveerse de reservas para tiempos de escasez, como ya se los había comentado en un artículo anterior cuando tratamos el tema del vinagre de manzana.

Las vinagretas, las conservas en aceite, entradas, compotas y mermeladas son algunas de las recetas maestras que suelen ser susceptibles de conservación. Sin embargo, si no se toman ciertas medidas preventivas, podemos padecer problemas de salud bastante serios.

Las bacterias contaminan fácilmente los alimentos, incluso en envases cerrados herméticamente. Una de esas bacterias es la encargada del botulismo, una enfermedad muy grave que puede provocar la muerte. Afortunadamente, esta bacteria no crece en medios ácidos, con pH inferior a 4.6, ni tampoco a bajas temperaturas, por lo que su refrigeración a menos de 4ºC permite destruirla.

Prevención

conservas

Para no sufrir sorpresas desagradables a la hora de degustar las deliciosas conservas solo hay que seguir los siguientes pasos preventivos:

• Los alimentos deben estar frescos y en perfecto estado. Los vegetales que escojamos deben ser más o menos del mismo tamaño, estar enteros y sin golpes. Deberán estar en su punto justo de maduración, ni verdes ni pasados.
• Manipulación higiénica: máxima higiene a la hora de tratar los alimentos. Manos limpias, utensilios y tablas impolutas, además de envases desinfectados, enjuagados y bien escurridos.
• Los mejores recipientes para conservas son los de vidrio. Para esterilizar los utensilios, primero los herviremos durante 15 minutos y luego los escurriremos bien. Deberemos procurar no tocar el interior de los recipientes a la hora de moverlos. Cuando llenemos el envase tendremos que hacerlo de manera uniforme, que cubra adecuadamente los alimentos.

Las conservas de frutas

Las confituras y las mermeladas son delicias de fruta que todavía se realizan de manera tradicional en los hogares y que se pueden conservar durante muchos meses si se mantienen una serie de precauciones. Con fruta también podemos elaborar compotas, jaleas, fruta en almíbar, purés y pastas de frutas.

Fruta en este tipo de conservas. Las frutas tienen un pH inferior a 4.5, por lo que es imposible que la bacteria responsable del botulismo pueda desarrollarse. También el azúcar necesario para realizar estos productos (normalmente un kilo por cada kilo de fruta) es excelente para evitar posibles intoxicaciones, ya que se reduce la cantidad de agua, un elemento necesario para que proliferen ciertas bacterias y hongos. Si el azúcar se añade en proporciones inferiores, no actúa con la misma efectividad contra los microorganismos.

Una vez se introduce el producto en el envase hay que cerrarlo y meterlo en una olla a presión, un método seguro y sencillo para envasar al vacío. Veinte minutos desde que empieza a salir vapor es más que suficiente para considerar lista la conserva. No podemos olvidar que hay que aislar los frascos del fondo de la olla.

Sin olla a presión se puede recurrir a un baño María. El tiempo necesario para que quede cerrado al vacío (aunque depende mucho del tamaño del envase y de la cantidad de producto que queramos conservar) suele oscilar entre una y dos horas desde que el agua comienza a hervir.

Al final del proceso, no podemos olvidarnos de etiquetar cada envase con datos sobre el contenido, el peso, la fecha de envasado y el tipo de conserva. Procurar no tocar el interior de los recipientes a la hora de moverlos. Cuando llenemos el envase tendremos que hacerlo de manera uniforme, que cubra adecuadamente los lados.

Las conservas vegetales verduras. Para conservar verduras, tendremos que escaldarlas, ya sea en trozos o enteras. Los vegetales estarán limpios y se deben escaldar por medios kilos en un recipiente con cuatro litros de agua hirviendo y 120 ml de vinagre de alcohol o bien zumo de limón. Se rellenan los envases, previamente esterilizados, hasta unos tres centímetros del borde y se cubren con salmuera, lo que evita que se desarrollen bacterias.

Para los encurtidos o vegetales en vinagre, tales como cebollitas, aceitunas y pepinillos, se recurre a vinagre de alcohol o de vino, que constituye el único conservante necesario. Muchas veces es recomendable eliminar el exceso de agua de ciertos vegetales, para lo cual tendremos que dejarlos macerar en sal durante unas horas en el refrigerador. Para hacer salmuera no hay más que utilizar 20 gramos de sal por cada litro de líquido de cocción escaldado.

Tiempo de conservación

Este tipo de productos, bien elaborados y envasados, puede conservarse durante un año sin frío. Las condiciones ideales de almacenamiento exigen temperaturas medias, sin soportar más de 30°C, y lugares donde el sol no incida directamente sobre el vidrio. Una vez abierta la conserva, se guardará en el refrigerador y se consumirá en menos de siete días.

Cociendo

El tiempo transcurrido entre proceso y proceso (limpieza, cocinado, envasado) deberá ser corto y recurriendo al frigorífico siempre que sea necesario. Utilizaremos frascos no demasiado grandes, preferiblemente de 500 ml.

No podemos olvidar tampoco que, para los productos en vinagre o salmuera, no se utiliza la esterilización, ya que el calor elimina la vitamina E de las verduras y los aceites. La misma vitamina E es un excelente conservante. Los productos animales son más delicados a la hora de hacer conservas, ya que requieren procesos sanitarios más complicados. Lo mejor es olvidarse de conservas de carne o pescado y comprarlas en el supermercado sin olvidar checar las fechas de caducidad, y que el frasco más la tapa estén en buen estado.

Espero comprendan mi insistencia en este punto, de ello depende nuestra salud y la de nuestra familia.

Por último: mucho cuidado antes de abrir una conserva. Siempre desecharemos aquellas que no lleven fecha de envasado, que tengan alguna rotura o rajadura, o bien la tapa abultada, ya que suele ser signo inequívoco de actividad bacteriana.

Las conservas y la economía de nuestro hogar

Las conservas sirven para ahorrar en la compra de alimentos, y al mismo tiempo, resultan en un delicioso ingrediente para platillos, en un bocadillo saludable, convirtiéndose un verdadero tesoro dentro de un frasco.

Son una herramienta más que útil para el ahorro y la economía doméstica. Y es que las conservas nos permiten minimizar en gastos, y aprovechar mejor muchos de los alimentos y recursos de nuestra cocina. Descubrirán que son nuestras aliadas permitiéndonos disfrutar frutas y verduras por más tiempo con un sabor único y particular.

Referencia: Enciclopedia Salvat de la Cocina.

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