Literatura

Bibliotecas híbridas, una oportunidad de fomentar nuevos modos de lectura

En México se requiere de la apertura de bibliotecas híbridas con textos impresos y digitales electrónicos o virtuales

Las bibliotecas híbridas son una oportunidad de fomentar los nuevos modos de leer en formatos digitales. Foto: Francisco Segura / ConacultaLas bibliotecas híbridas representan una oportunidad de fomentar los nuevos modos de leer en formatos digitales, tratando de diluir la brecha entre el lector integral, de aquel que sólo tiene opciones reducidas para las prácticas lectoras, señaló la investigadora Carmen Pérez Camacho, experta en temas como el fomento a la lectura.

Para la especialista en políticas culturales, el concepto de biblioteca híbrida “combina las bondades de nuestra época como la computadora, el internet, la conectividad, el libro digital y las tabletas, con la tradición editorial, el libro-objeto y un acervo suficiente y actualizado”. Se trata —agregó— no sólo de una reingeniería en el espacio bibliotecario, sino de un cambio en el paradigma y percepción de lo que es una biblioteca y su función social.

Por su parte, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, apuntó que las bibliotecas públicas en México no pueden quedar al margen de los cambios del mundo global, por ello la prioridad es la apertura de bibliotecas híbridas con textos impresos y digitales electrónicos o virtuales.

Pérez Camacho coincidió con esta percepción y apuntó que “la biblioteca debe ser digital pero antes de que el desarrollo individual prevalezca como elemento indispensable de la cohesión social, debe albergar acervos actualizados (físicos o digitales), pero que se mantengan con un enfoque en donde las necesidades del sujeto-usuario-lector sea primordial”.

De acuerdo con una encuesta aplicada en el Distrito Federal en 2013, la cual se realizó con la coordinación de Carmen Pérez Camacho, sólo seis de cada diez personas han ido a una biblioteca pública, y tres de éstas tienen más de cinco años de no regresar a ella. En ese mismo ejercicio, tres de cada diez usuarios de bibliotecas públicas son jóvenes que asisten a estos espacios porque el principal atractivo está en el acceso a wi-fi o internet, por lo que asegura que “la brecha digital no sólo debe considerarse como una diferencia socioeconómica o de acceso que divide a las sociedades; también es una diferencia en la apropiación y, sobre todo, en la construcción de conocimiento generado a partir del uso de las tecnologías digitales”.

Se trata de pensar a la biblioteca pública desde otra lógica que va más allá del servicio que requiere no sólo de la capacitación del personal o el manejo idóneo del acervo, sino también de la sensibilización de todos los actores involucrados en diferentes niveles de decisión. “Desde la exigencia de que las bibliotecas deben estar en la agenda política de los funcionarios hasta el involucramiento de la propia ciudadanía para decidir qué quiere hacer con los espacios bibliotecarios”, precisó Carmen Pérez Camacho.

De acuerdo con los datos de la misma encuesta, siete de cada diez usuarios de bibliotecas acuden a estos espacios para realizar trabajos escolares. “Son una herramienta de posibilidades, de cambios, de mejoramiento de la calidad de vida de las personas; no basta con tener los mejores libros o los mejores espacios, siguen teniendo el rol fundamental para la comunidad en la cual vivimos: un motor para mejorar la vida, en los estudios, en la defensa de los derechos sociales y humanos”, concluyó la especialista.

Revista Protocolo

 

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