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Embajador de Chile concluyó su misión en México

El diplomático indicó que la deuda que tiene con México, no se paga solamente dando las gracias

Germán Guerrero Pavez, embajador de Chile

Tras cuatro años y medio de labor diplomática en México, el embajador de Chile, Germán Guerrero Pavez, concluyó su misión y para decir adiós convocó a sus amigos y colegas a un coctel en el Club de Industriales de la ciudad de México.

Asimismo, el embajador redactó una carta de despedida la cual difundió entre sus amigos más cercanos, así como medios de comunicación, y en ella señala de manera nostálgica que para los embajadores “no hay plazo que no llegue, ni deuda que no se pague”. Sostuvo que durante su estancia en México obtuvo un crecimiento personal “y también de un gran avance para las relaciones entre Chile y México, lo que me hace dejar la legación con la satisfacción del deber cumplido”.

Acompañado en todo momento de su esposa María Luisa, el embajador afirmó sentirse muy gratificado por “la consolidación del Acuerdo de Asociación Estratégica, por nuestra alianza comercial para conquistar nuevos mercados, de nuestra acción conjunta en la OCDE, de nuestro intenso y fructífero intercambio cultural y de nuestra mutua asistencia técnica”.

Aseguró que el excelente estado de las relaciones Chile–México, permite advertir el comienzo de una nueva era, con una alianza que asume con decisión su responsabilidad de construir un futuro de desarrollo en sus naciones y de un orden mundial más humano.

En su carta de despedida, el diplomático indicó que la deuda que tiene con México, no se paga solamente dando las gracias. “Trataré de pagarla en el tiempo, manteniendo mi cariño por México y su pueblo.”

“Desde Chile, o donde nos encontremos, continuaremos siendo buenos amigos de México, impulsando nuestras relaciones, alentándolas para superar nuestros comunes desafíos y alegrándonos por sus logros. Tengan la seguridad que sabremos transmitir la enorme riqueza cultural y humana que aquí hemos conocido.

“Por eso éste no es un adiós, y les dejamos con los versos con que Pablo Neruda finalizó en 1943 su misión diplomática en México y con los cuales, María Luisa y yo, nos identificamos plenamente”:

“Aquí termino México,
aquí te dejo esta caligrafía
sobre las sienes para que la edad
vaya borrando este nuevo discurso
de quien te amó por libre y por profundo.
Adiós te digo, pero no me voy.
Me voy, pero no puedo
decirte adiós.”

Revista Protocolo

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