Por Gerardo Soto Carmona
El embajador de Uruguay, José Ignacio Korzeniak Pastorino, encabezó un acto en el Club Naval de la ciudad de México
Anna Isabel Andrade de León, la esposa del embajador y el embajador José Korzeniak Pastorino |
A 184 años de que se iniciara el movimiento de liberación imperial, la embajada de Uruguay en México encabezada por el embajador, José Ignacio Korzeniak Pastorino, realizó un acto en el Club Naval de la ciudad de México, para conmemorar un año más de independencia.
A la reunión acudieron varios miembros del cuerpo diplomático en nuestro país, autoridades gubernamentales, empresarios, invitados especiales y miembros de la comunidad uruguaya radicados en México. Además de contar con la participación durante la ceremonia protocolaria de la banda de guerra de la Marina, quienes se encargaron de entonar el himno de ambas naciones.
Durante su discurso el embajador Korzeniak hizo referencia a varias estadísticas de la situación actual de su país, entre los puntos que destacó estuvieron la disminución del nivel de pobreza en 11 por ciento y el desempleo en 7 por ciento.
Además el embajador señaló algunos de los programas sociales más importantes durante los últimos años, como el de la primera política pública de atención a los migrantes, un sector muy grande en esa nación.
Asimismo agradeció al gobierno cubano su participación en el proyecto de ayuda a las personas de escasos recursos, quienes fueron operadas de cataratas gratuitamente. Sin embargo, agregó que a pesar de todos estos logros aún son insuficientes los esfuerzos para erradicar la pobreza, el principal objetivo de su gobierno, que se está esforzando para alcanzar el sueño que se inició con la independencia de un país más próspero, equitativo y justo, integrado con la región y con el mundo.
En el tema de la cooperación bilateral, el embajador dijo que se seguirán realizando proyectos en lo futuro y que se planea agilizar el comercio con México. Gracias a las visitas presidenciales del gobierno mexicano, se está buscando mejorar la relación entre ambos países; se firmaron acuerdos entre ambas naciones, de asociación estratégica, de eliminación de doble imposición, de intercambio de información tributaria, un acuerdo de transporte aéreo, así como apoyos en la ciencia y tecnología, y en materia educativa y cultural.
Korzeniak se refirió a los negociaciones del tratado comercial entre ambos países, el cual entró en vigor el 15 de julio de 2004 y ha propiciado un incremento en el intercambio comercial, ya que lo valioso de la relación de los dos países, es que comparten visiones que permitirían desarrollar un proyecto de consolidación regional ampliado, basado en el desarrollo de la justicia social que permita alcanzar mejores niveles de vida a los pueblos, afirmó.
El embajador José Korzeniak concluyó diciendo que el 25 de octubre, día en que realizarán las elecciones presidenciales, de diputados y senadores, para los siguientes cinco años en Uruguay, se pretende resolver las diferencias democráticamente. A lo que señaló: “el pueblo se pronunciará por los proyectos de reforma constitucional, de la anulación de la ley de caducidad de la protección del Estado sobre crímenes cometidos en la dictadura. Así como por la habilitación del voto desde el exterior, para que los ciudadanos uruguayos que radican en el extranjero puedan votar.”
La historia común entre ambos países es muy grande pero entre las principales causas que estrecharon la relación destaca el asilo ofrecido por México a los uruguayos afectados por la dictadura militar en Uruguay, gracias a la labor diplomática del ex embajador mexicano Vicente Muñiz Arroyo, que determinó el derecho de asilo a cientos de uruguayos, con base en una excelente política exterior. Por lo que en estos momentos se busca retomar esa buena relación entre ambos países.
Revista Protocolo