Internacional
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Lo anterior responde al hecho de que los le-
vantamientos basaron sus acciones en objeti-
vos orientados al bienestar social, como el libre
ejercicio de la democracia o el cumplimiento de
los derechos humanos, basados a su vez en el
respeto, la honestidad, la equidad y la paz, va-
lores universales presentes en diferentes religio-
nes —entre éstas, el islam— que trascienden las
fronteras religiosas, señala Abbasali Mehraliyan,
primer secretario de la Embajada de la República
Islámica de Irán en México.
Al respecto, al inaugurar la primera Conferencia In-
ternacional sobre el Despertar Islámico —a la que
asistieron más de 700 personas, entre estudian-
tes, pensadores y líderes del movimiento islámico
de resistencia, además de representantes guber-
namentales, políticos, culturales y de los medios
de comunicación—, el líder supremo iraní, ayatolá
Ali Khamenei, afirmó que los objetivos comunes
entre los diferentes movimientos del mundo islá-
mico son “salvaguardar la dignidad humana, lograr
una seguridad sostenible, avanzar hacia la justicia
social, avanzar en consonancia con los principios
islámicos y restaurar la dignidad nacional y el honor
que había sido pisoteada por gobernantes tiranos
y dictaduras durante muchos años”.
L
a
fuerza
social del
I
slam
Las religiones son una institución, una fuerza so-
cial e indiscutiblemente, política. En este sentido,
en el libro
El Sha, o la desmesura del poder
, el
periodista polaco Ryszard Kapu
ś
ci
ń
ski menciona
—o más bien, vaticina—, que la religión que más
dinámicamente se expande en nuestros días es,
sin duda, el islam.
Sin embargo, el despertar islámico —y su orien-
tación futura—, analizado y debatido durante la
primera conferencia internacional sobre el tema
busca aclarar que si bien tiene sus raíces en la
religión y la fe, también está basado en la parti-
cipación masiva de la gente en los aspectos so-
ciales y políticos.
Al respecto, el presidente de Irán, Mahmud Ah-
madineyad, ha reiterado que la democracia islá-
mica se basa en el consenso y el voto popular, así
como en las enseñanzas y valores del islam, que
si bien son diferentes a la democracia occidental,
tienen en común la oposición al extremismo, al fa-
natismo y a la violencia.
Empero, las divisiones entre los revolucionarios
y las rivalidades étnicas, tribales, sectarias y por
las fronteras, son un riesgo social y político que
además de debilitar y restar legitimidad a los mo-
vimientos islámicos en el mundo árabe, podrían
abrir la puerta a los detractores de los levanta-
mientos, con base en argumentos contrarios ha-
cia los musulmanes.
De ahí la importancia de que la gente y los líderes de
los movimientos del despertar islámico reconozcan
y respeten las diferencias, además de abstenerse
de crear rivalidades y recriminaciones mutuas.
oriented objectives, such as the free exercise of democracy or human rights compliance, in turn
based on respect, honesty, fairness and peace , universal values present in different religions-
among them, Islam-that transcend religious boundaries, according to Abbasali Mehraliyan,
first secretary of the Embassy of the Islamic Republic of Iran in Mexico.
In this regard, while inaugurating the first International Conference on Islamic Awakening-
attended by over 700 people including students, thinkers and leaders of the Islamic Resistance
Movement, in addition to government officials, politicians and cultural and media represen-
tatives -. Iran’s supreme leader, Ayatollah Ali Khamenei, said the common goals between
the different movements in the Islamic world are “safeguarding human dignity, achieving
a sustainable security; advancing in the progress towards social justice in line with Islamic
principles and restoring national dignity and honor that had been trampled for many tears by
rulers, tyrants and dictators”.
T
he
social
force of
I
slam
Religions are institutions, a social force unquestionably political. In this sense, in the book
The
Sha, or The excess of power
, the Polish journalist Ryszard Kapuscinski mentions-or rather,
predicted, that the religion that dynamically expands in our days is, is of course, Islam.
However, the Islamic awakening-and its future-orientation, analyzed and debated during
the first international conference on the subject, seeks to clarify that although it has its roots
in religion and faith, it is also based on mass participation of people in all the social and
political aspects.
In this regard, Iran’s President Mahmoud Ahmadinejad has reiterated that Islamic democracy
is based on consensus and the popular vote and in the teachings and values of Islam, which
although different from those in the Western democracy, they share a common grownd as the
opposition to extremism, fanaticism and violence.
But divisions among the revolutionaries and ethnic rivalries, tribal and sectarian groups and
across the borders, are social and political risks which besides weakening and delegitimizing
the Islamic movements in the Arab world, could open the doors to detractor´s uprisings based on
arguments against Muslims.
Hence the importance of people and the leaders of the Islamic awakening movements to
recognize and respect the differences, as well as refraining from creating rivalries and
mutual recriminations.
